Hoy, únicamente os quiero dejar mis deseos de que tengáis un 2011 lo más feliz posible, pese a la crisis que nos está golpeando, pese a los poderosos que siguen ciegos y ebrios de poder, estos poderosos que, aquí y en tantos otros lugares, siguen insultándose entre sí, sin aportar ni una sola solución efectiva a la creciente pobreza de muchos, y a la desolación de quienes somos conscientes de lo que está sucediendo y nos sentimos impotentes ante tanta sinrazón y desatino. Pese a todo ello, que no nos falte el valor para afrontar los malos tiempos, ni la esperanza de que podemos aportar algo que cambie el curso de las cosas, ni la audacia para ponerlo en práctica, ni la ilusión de que el mundo pueda llegar a mejorar, ni la valentía de encontrar, pese a todo, amor para entregar... Gracias por estar ahí, gracias por leerme, gracias por tanto y tanto como me habéis dado. Quiero que sepáis que, pese a todo, brindo por el futuro y por cada uno de vosotros.
En este tiempo de silencio, he recibido algunos regalos de mis amigos. Leonel me envió este poema que le inspiró mis Juegos de Sirena. Me sentí muy emocionada, profundamente conmovida. No sé de qué manera manifestarle mi gratitud, creo que lo mejor es mostrar sus preciosos versos en este lugar.
A través de él, contactó Claudia conmigo, tras publicar este poema en su blog, y ha tenido a bien publicar dos de los míos en su hermoso espacio, Tocando Almas. También se lo agradezo a ella. Os dejo los enlaces para que podáis leerlos desde donde se tiene que hacer, desde sus blogs.
Escapará lejos de ti. Y, en lo más hondo, se perderá entre juegos de sirena. María Sangüesa
Hoy, que no quiero resistir las tentaciones ni evitar correr en tus cabellos erizados como olas, infinitos, deliciosamente vivos. Dime, mujer, ¿quién te hizo así, perfecta, casual indescifrable, que no puedo eludir el recuerdo de tus ganas, de las mías, las mismas que hicieron fundirnos el aliento en los rincones y evaporar nuestro cuerpos?
Hoy, que no sé donde has dejado el sabor de tus pupilas, y no encuentro mis manos debajo de tus sombras, donde las sembré la última noche infinitamente azul. Dime, mujer, ¿quién te dejó en esta luna sin cráteres ni aguas que te hagan regresar y me encantes cuando envuelvo tus formas con mis brazos? Dime, mujer, ¿quién te hizo sirena con ganas de volar?
Poesía, Ana Reyes, Delfín Yeste, Jesús Malia, María Sangüesa.
Expresión corporal y canto,Gabriela Maiztegui
Iluminación y sonido, Sergio Suárez Bautista, Christian García Vega, Alejandro Vega.
Voz en off, Antonio Hervás.
Coordinación literaria, Alma Pagés.
Coordinación técnica, Adrián Luciague, Pablo Romero.
Dirección escénica, Elena Agnese.
En este homenaje hemos intentado unir, en el mismo escenario, diversas facetas del Arte. Nuestra intención es que la palabra, la obra y el pensamiento de Miguel Hernández sigan vivos entre todos nosotros.
Ayer fue uno de esos días dedicados a la amistad. Nos reunimos alrededor de la mesa, desde las dos de la tarde hasta las diez de la noche, un grupo de amigos que fuimos dejando que la conversación fluyera de manera distendida y amena, saltando de un asunto a otro, con espontaneidad y buen humor. En un momento dado, saltó el tema de los blogs, de las cinco personas allí reunidas tan sólo una no había escrito jamás un poema o compuesto alguna música, aunque sí que es un buen ensayista. Su opinión fue que tener y mantener un blog es, en cierto modo, un acto de narcisismo. Para otros era una forma de comunicación y difusión de la propia obra y de la de quienes se admira; incluso hubo alguien que dijo que, en el fondo, subyacía en muchos de ellos (comenzando por el suyo) una manera de exhibicionismo... En fin, puede que todo esto, en mayor o menor medida, pueda encontrarse en la red. Cuando llegué a mi casa, antes de dormir, hice lo que tantas noches suelo hacer: abrir uno de mis libros de cabecera, al azar. En este caso, la elegida fue Dulce María Loynaz. Y, como de costumbre, sus palabras me dieron la respuesta que necesitaba.
POEMA II
Yo dejo mi palabra en el aire, sin llaves y sin velos. Porque ella no es un arca de codicia, ni una mujer coqueta que trata de parecer más hermosa de lo que es. Yo dejo mi palabra en el aire, para que todos la vean, la palpen, la estrujen o la expriman. Nada hay en ella que no sea yo misma; pero en ceñirla como cilicio y no como manto pudiera estar toda mi ciencia.
En estos días de prisas, de falta de tiempo, de preparativos para estar ausente durante bastantes días y con mi regreso programado para pleno mes de Agosto, mes inhábil en casi todos los asuntos burocráticos, tuve la suerte de poder hacer una escapada para ver el preestreno del documental Mundo Alas, en Casa de América. Aquí os dejo un enlace para que podáis encontrar información sobre esta maravillosa película: http://www.mundoalas.com.ar/ En ella, de la mano de León Gieco, vi como el Arte supera todas las barreras materiales y es un elemento unificador entre los seres humanos más dispares y, además, la mejor herramienta para superar cualquier limitación física. Me emocioné profundamente. Por ello he querido dejaros aquí esta canción de un hombre que es mucho más que un artista. Mi admiración y mi gratitud para él y para todos aquellos que hacen que el mundo, todavía, merezca la pena. http://www.mundoalas.com.ar/
RÍO Y MAR
A veces me siento grande como el mar a veces un corto tiempo del río que va soy un horizonte que te da las tormentas y a veces soy un sauce que pide al viento dejar de llorar río y mar, tal para cual
A veces soy un milagro que empieza a veces una esperanza que pasó soy una puerta del alba que se cierra y a veces soy un caminante que te ruega por entrar río y mar, tal para cual.
A veces soy el altar de la luna a veces arena pobre con sombras soy un fantasma salvaje que no vuelve y a veces soy un pájaro que por vos quiere regresar río y mar, tal para cual río y mar, tal para cual.
Muchas gracias, Leo, tu regalo me ha emocionado. Aquí dejo el enlace para compartirlo con quienes quieran leer el poema que has escrito y dedicado a mi Piel del Viento, en castellano y en italiano.
Siempre me acompañará tu poema... donde quiera que la vida me empuje, donde quiera que el viento me impulse, llevaré conmigo tus versos y tu amistad.
Hoy os traigo un poema del poeta Ángel Luis Romo. Cuando inicié este blog, colaboró conmigo cediéndome algunos de los poemas que había publicado en sus libros: Hilando lunas y Se diría que nadie, ambos editados por Visor. Después, traje aquí algunos de los que le han valido premios de poesía. También podréis encontrar alguno de sus relatos en el archivo del blog... siempre me llena de alegría que Ángel, compañero de fatigas literarias y amigo desde hace tantos años que ya perdí la cuenta, me haga llegar alguna de sus creaciones. Este poema pertenece a una serie de tema oriental que me parece de una gran delicadeza y sensibilidad, dentro de la fuerza del sentimiento que contiene.
LA DAMA DE TIAN
En los montes de Tian vive una dama blanca como las flores del cerezo, que puede caminar sobre las aguas cuando llega el invierno.
Junto al río, sentado en las raíces del árbol de los sueños, hay un hombre, un poeta que escribe sentimientos de amor en unos versos.
El camino que lleva hasta los montes desde el río, es el mismo que el poeta puede ver en sus sueños, y que a Tian lo llevó tantas veces.
La mujer de piel blanca lo ha esperado al final de esa senda, sin llegar a encontrarse. La llamada, no obstante, se escuchó en la vereda.
Hay círculos de lluvia en el estanque de los lotos, señales de amor limpio. El color de los montes cambia cuando se van viendo más cerca.
A lo lejos le muestra su silueta, en el ancho final la dama blanca, pero una vez la alcanza ya no puede verla, se desvanece.
Los ojos del poeta sólo juncos vislumbran. Es la muerte que en sus versos presentía, el amor reconvertido, la extinción del deseo.
Las montañas de Tian son las montañas del alma que la dama simboliza, y en el fin de su búsqueda de vida el poeta trasciende.
Ha muerto Saramago, uno de los escritores que más he admirado. No sólo por su obra, que ya es motivo más que suficiente para ser objeto de admiración, sino por su persona. Lo primero que leí de él fue: El Evangelio Según Jesucristo; le siguieron Los Cuadernos de Lanzarote; y, desde entonces, casi toda su obra. Comenzar a publicar a los sesenta años y llegar a ser Premio Nobel, me pareció impresionante y su actitud, tan ajena a la vanidad, cuando se lo comunicaron, me hizo ver de qué manera las grandes personas, los grandes autores y artistas, huyen de cualquier connotación narcisista, no necesitan alabarse ni que les alaben, su valía habla por sí misma. Su innata elegancia y su claridad de ideas le acompañaron en cada una de sus intervenciones públicas. En Tías, Lanzarote, todo el mundo le apreciaba por su discreción y su impecable educación bajo cualquier circunstancia.
Le vi, por última vez, hace algo más de tres años, en la estación de Atocha. Al principio no le reconocí, me llamó la atención su porte, alto y con un abrigo azul oscuro, llevaba un maletín negro en una mano y le daba el otro brazo a su mujer; una pareja más entre la multitud de personas que caminaban hacia los andenes, pero tenía algo que le hacía destacar, su rostro me resultó familiar y les saludé antes de subir a la escalera mecánica, respondieron afablemente a mi saludo y cuando me encontraba hacia la mitad de los peldaños, caí en la cuenta de quienes eran... con ese saludo me quedo, ahora ya para siempre, en la memoria. El viaje que ha emprendido hoy es el más largo de todos; lo ha hecho desde donde él eligió, desde el centro del mar. Aquí nos deja su inigualable obra y, también, su huella como ser humano coherente y comprometido con las ideas que siempre defendió. Hasta siempre, Saramago.
ALLÁ EN EL CENTRO DEL MAR
Allá en el centro del mar, allá en los confines donde nacen los vientos, donde el sol sobre las aguas doradas se demora; allá en el espacio de fuentes y verdor, de mansos animales, de tierra virgen, donde cantan las aves naturales: Amor mío, mi isla descubierta, es de lejos, de la vida naufragada, que descanso en las playas de tu vientre, mientras lentamente las manos del viento, pasando sobre el pecho y las colinas, alzan olas de fuego en movimiento.
Muchos de nosotros, casi todos, hemos soñado y luchado por un mundo mejor. Hemos creído en la justicia, hemos batallado en contra de nefastas dictaduras y a favor de los derechos humanos; pensábamos que todo iba a ir a mejor en el mundo y, por supuesto, en nuestro país, en el de cada uno de nosotros.
Hoy seguimos en la lucha por los derechos humanos, queda demasiado por hacer y hay que hacer algo, eso es incuestionable. Han pasado los años, la historia ha seguido su curso. Y resulta inevitable mirar hacia nuestro mundo más cercano, nuestro país, que en mi caso es España. Tuvimos la certidumbre de que era posible la puesta en marcha de nuestros ideales de libertad y progreso. A estas alturas de mi vida, veo que lo que nos rodea resulta desolador. No, no era esto lo que soñábamos, no era esto lo que perseguíamos... los que pudieron conseguirlo se enzarzaron en luchas de poder, en interminables negociaciones para disimular la cruda realidad del fracaso, mientras se denominaban, a sí mismos, políticos, y se apoltronaban en sillones con cartelitos que decían, con letras muy doradas e indelebles a las lágrimas: ministros, senadores, diputados... mientras los demás seguíamos siendo pueblo, ese pueblo que se suponía soberano. Pero no fue así, fuimos, y somos, pueblo al que hay que seducir, convencer, engañar, esquilmar, mientras ellos, los poderosos, continúan con sus regias posaderas bien asentadas en los sillones de quienes gobiernan o de aquellos que aspiran a gobernar. Y así, unos y otros, siguen engrosando sus cuentas bancarias y su sed de poder... después de todo, un veinte por ciento de paro, aquí en España, es una mera estadística sin rostro.
Así ocurrió que ellos... aquellos que hoy son poderosos, aquellos a quienes les dimos nuestros votos y nuestra confianza, perdieron la oportunidad de alcanzar un mundo justo, de ser el motor y el impulso para un pueblo capaz de muchos logros. Perdida, por ellos, la belleza de los ideales que pudieron devolver la esperanza de alcanzar una sociedad avanzada y armónica, donde hubiese sitio para todos, donde paz social, trabajo y solidaridad significasen algo más que bonitas palabras. Siento que aún debemos, podemos, encontrar esa belleza de tener la osadía, el valor, de ser nosotros mismos, de no dejarnos vencer por el fracaso, ya que éste no es nuestro, no es más que el fruto de lo que ellos han sembrado. Aún tenemos en nuestra rebeldía, en nuestras cercanas metas, la belleza de esa mirada, de esa limpia mirada, en la que podemos reflejarnos, para saber que aún es posible seguir soñando y luchando, que todavía somos capaces de sentir la belleza, que la llevamos en nosotros y que, por encima de todo, es nuestra... La Belleza, en la voz de Luis Eduardo Aute...
Enemigo de la guerra y su reverso, la medalla, no propuse otra batalla que librar al corazón de ponerse cuerpo a tierra, bajo el peso de una historia que iba a alzar hasta la gloria el poder de la razón.
Y ahora que ya no hay trincheras, el combate es la escalera y el que trepe a lo más alto pondrá a salvo su cabeza, aunque se hunda en el asfalto la belleza.
Míralos como reptiles, al acecho de la presa, negociando en cada mesa maquillajes de ocasión; siguen todos los raíles que conduzcan a la cumbre locos, porque nos deslumbre su parásita ambición.
Antes iban de profetas y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que nausea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza.
Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios, donde todo lo falsario acabaría en el pilón. Y ahora que se cae el muro ya no somos tan iguales tanto tienes, tanto vales, ¡viva la revolución!
Reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo; ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza.
El año pasado participé en el primer ciclo de poesía latinoamericana de Madrid, que organizó la ONG Promoviendo. Me siento muy orgullosa de haberlo hecho. Y muy satisfecha de haber compartido ciclo con amigos que ya no están en España, pero que siempre estarán conmigo: Nora Alarcón y Juan Jose Soto. Ellos estuvieron en la coordinadora del evento. De esta nueva edición, con la persona que he tenido más contacto ha sido con Oscar Pirot, de quien puedo decir que, además de un gran poeta, es una gran persona. A Eduardo Fariña y a Cecilia Quilez, les conocí el año pasado en este encuentro de poesía que hoy tiene su continuidad, y, aunque les conozco menos, puedo decir que su poesía tiene una excelente calidad literaria. Estoy segura de que, con su participación como coordinadores, el éxito de este ciclo está garantizado. Mucha suerte, compañeros.
Centenario de Miguel Hernández en el Ateneo de Madrid
Homenaje de las Tertulias de Madrid a Miguel Hernández
Intervienen representantes de las Tertulias Poéticas y Literarias:
El Alambique, Alcalá 96, Alfa-Prima, Grupo Abierto de Amigos del Arte, Arco Poético, Círculo de Bellas Artes, El Caballo Negro del Siglo XXI, "Gerardo Diego"del Café de Oriente, Los Melancólicos, Poekas, Prometeo, Hispanoamericana"Rafael Montesinos", "Versos Pintados" del Café Gijón.
Colaboración especial: Eloy Bohan, cantautor Organizan y presentan: Miguel Pastrana y Miguel Losada
21 de Mayo, 19,00 horas Salón de Actos Ateneo de Madrid, c/Prado 21
Mañana participaremos en la lectura, como representantes de nuestra tertulia del Grupo Abierto de Amigos del Arte, Ana Reyes, Alberto Morales y yo. Dentro de la serie de actos de Homenaje a Miguel Hernández que está llevando a cabo el Ateneo de Madrid. Para Septiembre, nuestro grupo de artistas está preparando un espectáculo, dentro de esta serie de homenajes, en el que se aúnan varias disciplinas artísticas, entre las que se incluyen danza, proyecciones audiovisuales, pintura, música... no podía faltar la poesía. Todo ello con una puesta en escena que nos está llevando algunos ensayos y muchos más que nos quedan por delante. Hasta mañana, a quienes podáis asistir.
Hoy, de nuevo, Javier Calle y su grupo: La Calle de Javier, van a dar un concierto en plena Feria de San Isidro. Aquí, en Madrid. Me he permitido añadir a su cartel la canción que grabó para la Marcha por la Paz, se trata de una composición suya titulada: La Manada, que es la que le da nombre a su nuevo disco. Me parece que se trata de una canción muy adecuada a estos tiempos que nos estamos tragando, con los últimos desatinos de quienes dicen gobernarnos... En fin, estamos de fiesta en nuestra Comunidad...
En estas noches de verbenas madrileñas, os recomiendo de manera muy especial esta opción, Javier nunca defrauda a nadie, pues se entrega totalmente en sus actuaciones. Merece la pena disfrutar en directo de su música y de su grupo. Y, además, ya ha convertido cuatro poemas míos en canciones... es una de las mejores cosas que me han ocurrido a lo largo de la vida, el escuchar mis versos a ritmo de rock... nunca lo hubiese imaginado, pero os garantizo que suenan de maravilla... Javier y sus chicos son una caja de sorpresas musicales y de buen ritmo rockero. No os los perdáis, de verdad que son estupendos.
Hoy es el cumpleaños de mi madre. Nada menos que ochenta y cinco, mañana estaré con ella en Levante, celebrándolo. En días como el de hoy, mi abuela hacía una doble celebración, preparaba el cumpleaños de su hija y formaba un ramo de flores de tres colores: violeta, amarillo y rojo. Lo situaba a la entrada de su casa, allá en Alhucemas, a mí me encantaba... mi familia era un retrato del mapa político de España. Cuando cuento que mi abuelo era monárquico y mi abuela republicana, y que se amaron con locura hasta que ella murió, a los setenta y ocho años, los amigos me miran con incredulidad. Pero es rigurosamente cierto. Tan cierto como que el hermano de mi madre era de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), y los maridos de mis tías eran huérfanos de fusilados, uno del PSOE y el otro del PC, es decir, no se podía estar más a la izquierda. La hecatombe se produjo cuando apareció mi madre diciendo que se había enamorado de un capitán del ejército, que había sido alférez provisional, en el bando franquista, claro... y se casó con él, con mi padre. A primera vista se podría pensar que las discusiones políticas tendrían que envenenar el ambiente familiar de una manera terrible, ¿no es así? Pues nada más lejos de la realidad. Nunca pesencié ni una sola discusión entre ellos, veía que se abrazaban, que nunca había una voz más alta que otra, jamás escuché un insulto, que se hablaba de música, de pintura, de literatura, de nosotros... aquellos niños que éramos sus hijos y que jugábamos juntos como buenos primos hermanos, que es lo que éramos. Entre nosotros primaba una figura que adorábamos: nuestra abuela. Ella nos hacía pasteles, nos enseñó a dibujar y nos contaba cuentos e historias... historias que nos enseñaban a pensar por nosotros mismos. Era maestra, periodista y profesora de dibujo y pintura. Nos contaba que el hombre y la mujer eran iguales, eran compañeros. Que había habido una guerra injusta contra la voluntad de un pueblo. Que las armas aparecían cuando no existían razones para convencer. Que todos los seres humanos eran iguales, sin diferencia de colores de piel, sexo o religión. Que no era justo que la riqueza se acumulara en unas cuantas manos, mientras había tantos que se morían de hambre. Que, en caso de duda, siempre nos pusiéramos al lado del más débil. Y tenía una especie de cuadernillo que sacaba de un cajón, le gustaba leerlo, ahora sé que era la Constitución de 1931, la guardaba junto a una cajita llena de pins con la bandera republicana y siglas de partidos de antes de la guerra. Cuando comencé a mostrar una salud bastante delicada, mis padres me dejaron con ella, siempre me pareció maravilloso que aquello ocurriera. Sus cuidados me hicieron recuperar la salud y la educación que me inculcó ha sido el bagaje que me ha hecho ser quien soy a través de todos los avatares de la vida. Ella era el fruto de una época en la que en España se creía en la Justicia y la Igualdad. Y yo soy fruto de ella. Feliz día de la República.
Como decir palabras y ocultar la sangre... signos, ciudades interiores del fracaso, - ah, impasibilidad externa del rostro- círculos, rodeos en torno al sigilo.
Pero la sangre permanece -astrolabio- he aquí las huellas en el discretísimo huir de la tarde: abren sus brazos venas arterias como incienso velas encendidas la victoria es un lujo impensable para la muerte.
Desde el germen esperando Sin ecos Sin espalda. Desnuda. Latiendo.
Alcuza que recoge el agua aún sin esparcir.
Como un cielo de cipreses verticales que derramará el otoño.
(Alena Collar)
Aquí, al final de este intenso poema, tenéis los enlaces en los que podéis disfrutar de la revista de arte y cultura, Alenarte, creada y dirigida por Alena Collar, periodista, profesora de Lengua y Literatura, escritora y poeta. Entre sus libros se encuentran: Teatrerías, La Casa de Alena, y Estampaciones. Alenarte es una revista digital muy interesante y de amplia difusión, su media estadística supera las trescientas mil visitas, a lo largo y ancho del planeta. En este último número ha publicado un poema del cantautor y poeta, AlbertoMorales. Y me dio la sorpresa de hacer una crítica de mis cuentos Del Más Allá, podéis acceder a ella desde el primer enlace que aparece a continuación de este texto. También hay un artículo del escritor Amando Carabias. En fin, que he disfrutado de manera especial de este último número, pero tengo que deciros que mi recomendación es que no os la perdáis nunca, siempre hay en ella algo sorprendente, algo que descubrir, algo que aprender. Y mucha calidad.