El Collar de la Paloma
Ayer, durante una conversación con un viejo amigo, salió a relucir el por qué uno de mis libros favoritos era El Collar de la Paloma, escrito por Ibn Hazm en 1022, en la ciudad de Játiva, en el agitado tiempo de la destrucción del Califato y la anarquía de los Reinos de Taifas. Pues bien, esta obra es un tratado sobre el amor y los amantes, y no ha perdido vigencia alguna, es un profundo estudio de la psiquis humana frente al fenómeno del amor y sus consecuencias. Habla de las distintas formas de enamoramiento, de lo perdurable o efímero de éste, de la ruptura, de la separación, o de lo que puede durar durante toda la vida.
“ Tocante al hecho de que nazca el amor, en la mayoría de los casos, por la forma bella, es evidente que, siendo el alma bella, suspira por todo lo hermoso y siente una inclinación por las perfectas imágenes.[...] Si luego distingue tras esa imagen algo que le sea afín, se une con ella y nace el verdadero amor; pero si no distingue nada afín, su afección no pasa de la forma y se queda en apetito carnal. En todo caso, las formas son un maravilloso medio de unión entre las partes separadas de las almas.”
Sobre el mismo asunto nos dice, más adelante:
“Si la causa del amor fuese no más que la belleza de la figura corporal, fuerza sería conceder que el que tuviera cualquier tacha en su figura no sería amado. Por el contrario vemos que hay quien prefiere alguien de inferior belleza [...] y no puede apartar de él su corazón. Y si dicha causa consistiese en la conformidad de los caracteres, no amaría el hombre a quien no le es propicio ni con él se concierta. Reconocemos, pues que el amor es algo que radica en la misma esencia del alma.”
Tiene algunos párrafos de gran contenido argumental:
“...Tú no hallarás dos personas que se amen, fuertemente, que no tengan entre sí alguna semejanza o coincidencia de cualidades naturales. Es forzoso que la haya, por poca que sea, y claro es que, conforme mayores sean estas analogías, más grande será la afinidad y más firme el amor”
También hay en esta obra unos poemas de gran hondura, que no han perdido su belleza, a través del milenio transcurrido, desde que Ibn Hazem los escribiera.
“¿Perteneces al mundo de los ángeles o al de los hombres?
Dímelo, porque la confusión se burla de mi entendimiento.
Veo una figura humana; pero si uso de mi razón,
hallo que es tu cuerpo un cuerpo celeste.
[...]
No puedo dudar que eres un puro espíritu atraído a nosotros
por una semejanza que enlaza las almas.
No hay más prueba que atestigüe tu encarnación corporal,
ni otro argumento que el de que eres visible.
Si nuestros ojos no contemplaran tu ser, diríamos
que eras la Sublime Razón Verdadera.”
Ahora, que estamos atravesando el equinoccio de primavera, la estación de la renovación de la Naturaleza, la época en que el amor se hace sentir con mayor fuerza, por su presencia o por su ausencia, desgranaré algunas páginas más de este poético y profundo estudio del amor, desde diferentes perspectivas.
1 comentario:
Thank you, Dennis,I´m very pleased to meet you. María from Madrid.
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