Hoy os traigo un poema del poeta Ángel Luis Romo. Cuando inicié este blog, colaboró conmigo cediéndome algunos de los poemas que había publicado en sus libros: Hilando lunas y Se diría que nadie, ambos editados por Visor. Después, traje aquí algunos de los que le han valido premios de poesía. También podréis encontrar alguno de sus relatos en el archivo del blog... siempre me llena de alegría que Ángel, compañero de fatigas literarias y amigo desde hace tantos años que ya perdí la cuenta, me haga llegar alguna de sus creaciones. Este poema pertenece a una serie de tema oriental que me parece de una gran delicadeza y sensibilidad, dentro de la fuerza del sentimiento que contiene.
LA DAMA DE TIAN
En los montes de Tian vive una dama
blanca como las flores del cerezo,
que puede caminar sobre las aguas
cuando llega el invierno.
Junto al río, sentado en las raíces
del árbol de los sueños, hay un hombre,
un poeta que escribe sentimientos
de amor en unos versos.
El camino que lleva hasta los montes
desde el río, es el mismo que el poeta
puede ver en sus sueños, y que a Tian
lo llevó tantas veces.
La mujer de piel blanca lo ha esperado
al final de esa senda, sin llegar
a encontrarse. La llamada, no obstante,
se escuchó en la vereda.
Hay círculos de lluvia en el estanque
de los lotos, señales de amor limpio.
El color de los montes cambia cuando
se van viendo más cerca.
A lo lejos le muestra su silueta,
en el ancho final la dama blanca,
pero una vez la alcanza ya no puede
verla, se desvanece.
Los ojos del poeta sólo juncos
vislumbran. Es la muerte que en sus versos
presentía, el amor reconvertido,
la extinción del deseo.
Las montañas de Tian son las montañas
del alma que la dama simboliza,
y en el fin de su búsqueda de vida
el poeta trasciende.
16 comentarios:
Un poema que regala fotografías hechas con palabras,
cada estrofa es un cuadro, visto con los ojos del poeta.
Gracias por esta maravillosa poesía, Maria.
Un abrazo.
Leo.
Un poema hecho de porcelana oriental...
Gracias por acercárnoslo María.
Un besito.
Gracias, Leo, a mí me ha parecido una hermosa alegoría del amor y de la muerte, desprovista del sentido trágico que le damos en nuestra cultura occidental. Todo el paisaje queda reflejado con serenidad y de forma muy plástica, es como un espejo del paisaje interior, una especie de mapa o de plano de los sentimientos que discurre entre la belleza de las inalcanzables cumbres. Te mando un fuerte abrazo.
Desde que lo leí, supe que os tenía que gustar de manera especial a vosotros... es un trocito de Oriente, de fina porcelana, Flamenco, como bien dices. Muchos besitos.
La verdad es que es hermoso y delicado, sencillo y hondo y todas esas cosas son muy difíciles de lograr.
Qué serena belleza.
Me lleva un poco al estilo romance, tan poético, tan dulce.
Cariños, María.
Es tan delicado y son tan sutiles las imágenes de amor que inevitablemente me recordó a "Seda" A. Baricco, será por la fugacidad del amor expresado.
Me gustó, gracias por acercar y compartir.
Abrazo.
Hola, María:
La delicada belleza en cada línea, nos lleva sutilmente por exóticos senderos de amor y de misterio.
Te quedó muy bonito el nuevo estilo del blog.
Abrazos.
bella narrativa la que ofreces te saludo desde
un mar de sentimintos
Entiendo que hayas querido compartir de nuevo este poema de Ángel luis, es realmente muy bello, un hermoso paseo.
Un abrazo.
Así lo encuentro yo también, Amando, sencillo y hondo. Muchos besos.
Gracias, Soco, es cierto que produce el efecto de una serenidad intensa. Y también belleza. Muchos besos.
SÍ que tiene como un halo de Bariocco, de Seda, ahora que lo has dicho me han venido a la mente las imágenes, Paloma. Gracias a ti por tus palabras. Muchos besos.
Me alegro de que te haya gustado el cambio de imagen del blog, Rafael. Y de tus hermosas palabras sobre el poema de Ángel Luis. Muchos besos.
Gracias por tu visita, Aramis, desde Madrid, un saludo.
Gracias, Mercedes, es un paseo por las imágenes y por el interior de lo que éstas expresan. Muchos besos.
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