viernes, 24 de febrero de 2017

IMÁGENES DE MÉXICO

Imagen tomada de Internet, Cenote de los Dos Ojos


La tierra extiende un cuenco de calizas
para ofrecer el agua en los cenotes,
como vasos de dioses y de jungla,
donde sacia su sed el caminante,
junto a reflejos de astros y de siglos
que anudan la belleza a sus raíces.

Sumergirse en las ondas de un cenote
es latir con los dioses de la lluvia,
adentrarse en un rito de cristales,
bajo ese hechizo ineludible
donde la luz se funde con la sombra,
creando un sortilegio de crisoles. 

En su hondura, la vida te contempla,
desflorando secretos y milenios
vertidos por Chaac sobre sus aguas,
para dejar, entre tus poros,

un fulgor de misterio  con su magia.

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