Hay luna llena, o casi llena, una luna de ésas que inundan la noche de misterio, de magia, de sueños y ensueños, de nostalgia...
Una luna de aquelarres, o de licántropos. Una luna que reina en la noche que se derrama por las calles de Madrid, por sus parques, por sus plazas. Una noche que parece propicia para los hechizos y los sortilegios, con la ciudad envuelta en la atmósfera irreal del manto de Selene. Una noche en la que parecen cercanos los ángeles, todos los ángeles, casi se pueden sentir sus alas, las de luz y las de sombra...
Mientras escribo, suena la música, Silvio canta esta canción y me entra frío en el alma, pese al calor de esta noche de verano es evidente que me recorre la espalda un escalofrío y noto que se me humedecen los ojos. A veces, como está ocurriendo ahora, parece que Silvio canta sólo para mí, pero en esta ocasión siento que de todos los ángeles que pueblan mi madrileña noche de plenilunio, me está dejando en compañía del ángel de su canción, un ángel que quisiera rechazar pero que se queda conmigo porque la belleza- quizá la tristeza- de su música y, también, de su letra me tienen tan atrapada que no puedo decirle adiós. Y lloro.
ÁNGEL PARA UN FINAL
Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el día
que nos tocaba olvidar
que de tal suerte yo todavía
no terminé de callar.
Todo empezó en la sorpresa
en un encuentro casual
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar
sin querer se hace una ofrenda
que pacta con el dolor
o pasa un ángel
se hace leyenda
y se convierte en amor.
Ahora comprendo
cual era el ángel
que entre nosotros pasó
era el más terrible, el implacable
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal
ángel que pasa
besa y te abraza
ángel para un final.
ÁNGEL PARA UN FINAL
Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el día
que nos tocaba olvidar
que de tal suerte yo todavía
no terminé de callar.
Todo empezó en la sorpresa
en un encuentro casual
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar
sin querer se hace una ofrenda
que pacta con el dolor
o pasa un ángel
se hace leyenda
y se convierte en amor.
Ahora comprendo
cual era el ángel
que entre nosotros pasó
era el más terrible, el implacable
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal
ángel que pasa
besa y te abraza
ángel para un final.
SILVIO RODRÍGUEZ
3 comentarios:
Es un poema tan fantástico el de Silvio, que no me extraña que te inspirara este texto lleno de poesía y romántico hasta decir basta; de los de llorar, que de vez en cuando, vienen muy bien.
Muchos besos, escuchando ese final.
A veces llega el ángel del final antes que el del principio. O casi al mismo tiempo.
Besos con mi cariño.
Una de esas canciones escritas para librar al alma del sobrante de melancolía...
El texto que precede al poema de la canción es sublime. No te olvides de la prosa, María, es una gozada leerte.
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