sábado, 31 de mayo de 2008

EL COLLAR DE LA PALOMA VIII, Ibn Hazem


SOBRE LA MUERTE:

"Quisiera saber si el vínculo de tu amor sigue
intacto para mí, sin desgastar,
y me parece que un día podré ver tu rostro
y hablar contigo a solas en Balat Mugit.
Si el deseo pudiera mover las casas,
el Balat iría a verte como pidiendo socorro.
Si los corazones pudiesen caminar,
el mío iría hacia ti a marchas forzadas.
Trátame como quieras porque te amo
y no tengo otra conversación que hablar de ti.
Aunque lo olvides, guardo en lo más hondo del corazón
un pacto hecho contigo que no está roto."

"Aunque te encubra el hueco de la tumba,
yo no puedo esconder mi amor por ti.
He ido a tu casa, movido por la nostalgia,
después que el tiempo rodó y pasó sobre nosotros,
y al hallarla desierta y vacía,
mis ojos han vertido por ti amargo llanto."

SOBRE LA FEALDAD DEL PECADO:

"No hagas que tu alma siga la pasión,
y deja de exponerte a los peligros.
Vivo está el demonio, no ha muerto,
y el ojo es puerta de la tentación."

"La herida que me has hecho tiene cura, y no hay reproche.
La que es incurable es la herida del amor."

"¡Oh tú que me censuras neciamente!- dijo -. No lo hagas,
que tú no has visto dos amantes cuando se unen el día de la cita.
Déjame que vaya a beber en los pozos.
Vete de aquí, no quiero las albercas.
Si te retiras del amor, él se retirará de ti,
y, si te ves un día abandonado, es porque abandonaste el amor."

"Vino a mí, mientras el agua de la nube se desataba en el aire
como pura plata que se extiende al fundirse.
La media luna declinaba en su órbita.
¡Habla de un amante que consiguió lo inalcanzable!
Fue tal, que si me preguntases por ello
no podría responderte más que riendo.
Por la demasía de mi gozo, pienso que lo he soñado.
¡Maravíllate del que duda estando seguro!"

SOBRE LA EXCELENCIA DE LA CASTIDAD:

"¿Te place acaso una hermosura cuya ausencia ha de desvelarte;
el refrigerio de un encuentro cuyo secreto ha de abrasarte;
una cercanía que has de dejar al punto
( y no tendrías que separarte de ella si no te hubieras acercado ) ;
un dulce sabor que ha de tornarse amargo y acedo,
y una delicia que encierra los pliegues de la angustia?"

EPÍLOGO:

"Hice de la fuerza de ánimo mi castillo y mi coraza;
no quiero disfrazarme de víctima de la injusticia.
Más que todos los hombres vale para mí
ese poquito que me permite no necesitar a nadie.
Estando firmes mi religión y mi honor,
en nada tengo lo que se va de mi lado.
El ayer se fue, el mañana no sé si lo alcanzaré:
¿Por qué razón voy a apenarme?"

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