domingo, 24 de julio de 2011

DOCTOR ZHIVAGO Y UN POEMA DEL LIBRO



Otra de las músicas que me han acompañado, desde siempre, ha sido la banda sonora de Doctor Zhivago, compuesta por Maurice Jarrè a quien perdimos, desgraciadamente, hace dos años. En realidad, no sólo me gusta la maravillosa música de la película- que sigue siendo muy hermosa en todas las versiones que hemos escuchado de grandes directores de orquesta-, me gusta la película entera. Es un clásico al que regreso una y otra vez. Siempre me emociona, me parece una obra de arte en su totalidad.
La dirigió David Lean, los productores fueron, además de él, Gil Parrondo y Carlo Ponti. La fotografía, que me parece insuperable, fue responsabilidad de Freddie Young... pero no estoy aquí para hacer una ficha técnica de la película, no es mi campo. Aunque tengo que mencionar al guionista, Robert Bolt, pues su trabajo siempre me pareció admirable. Hacer un guión de una novela tan compleja, extensa y densa como ésta, de Boris Pasternak, debió de ser un reto inmenso.
Se trata de una novela histórica que narra las atrocidades que se cometieron en aquella época tan convulsa de la Guerra Civil Rusa, de un lado y de otro, con una crudeza impactante. Los personajes también entrañan una gran complejidad, son bastante contradictorios, reflejan las mayores grandezas y miserias de la naturaleza humana. Sus vidas van discurriendo por diversos escenarios del paisaje y de la historia de la Rusia de mil novecientos uno, hasta mil novecientos veintinueve, con el amor de los protagonistas- y sus consecuencias- como hilo conductor.
Al final de la novela, Boris Pasternak, incluyó algunos poemas- suyos- en el manuscrito que es el testimonio poético y vital de la obra de Yuri Zhivago- personaje al que vemos escribir sus poemas a lo largo de la película, sin que se nos muestre ninguno- y que es el punto final de la obra literaria, en un intento de dulcificar la desolación que encierra.
Me he permitido dejaros aquí uno de ellos. Seguro que os recuerda aquella escena de la casa helada en la que vemos como Yuri se levanta del lecho y, bajo la luz de una vela, escribe sus versos mientras contempla a Lara, que permanece dormida ante sus ojos. Es una de las más bellas escenas del film...

NOCHE DE INVIERNO

Sobre toda la tierra la tormenta
hasta el confín postrero.
Una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.

Como en verano, enjambres de mosquitos
sobre la llama vuelan,
tal los copos de nieve en el cuadrado
cristal de la ventana.

La tormenta imprimía sobre el vidrio
círculos y saetas.
Una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.

Sobre el techo, que estaba iluminado,
se acostaban las sombras.
Cruzados brazos y cruzadas piernas
y cruzados destinos.

Caían, dando un golpe sobre el suelo
un par de zapatillas
y lágrimas de cera de la vela
caían sobre el traje.

Y todo se perdía en una niebla
de nieve cana y blanca.
Una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.

Desde un rincón, sobre la vela, un soplo,
y al momento una fiebre
de tentación alzaba en cruz las alas
como si fuese un ángel.

La tormenta duró todo febrero
y, continuadamente,
una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.

Boris Pasternak



viernes, 22 de julio de 2011

MA SOLITUDE, DE GEORGE MOUSTAKI





Hacía tiempo que no traía a mi blog una canción, me gusta compartir algunas de mis favoritas, así que me tomo unas vacaciones literarias y os voy a ir dejando unas cuantas de las que me han acompañado a lo largo de la vida.
Llevo una temporada escuchando canciones en francés, la verdad es que estoy perdiendo el vocabulario y mi acento cada vez es más... digamos que españolizado y con tintes pied-noire.
George Moustaki fue uno de mis amores imposibles, me gustaba todo lo que escuchaba de él, sus letras, sus músicas, incluso sus escasas versiones de otros autores, sin olvidar sus ojos y su aspecto tan romántico y bohemio. Así que, desde hace una temporada, ante el hecho de que hace varios años que no he viajado a Francia, he vuelto a su voz y a intentar recuperar algo de lo perdido.
Mi blanco enamoramiento de Mostaki comenzó cuando en un cumpleaños, ya muy lejano- todavía iba al colegio-, alguien me regaló su disco Le Métèque, creo que directamente desde nuestro país vecino. De este maravilloso LP, escuché tantas veces su canción, La Solitude, que acabé por dañarla, ahora pienso que debió de ser una especie de premonición, ma solitud se repetía hasta el infinito... ay, mi soledad.
Del mismo disco, cuya traducción es "El Extranjero" -como ya sabéis-, también me entusiasmaban todas las demás canciones. Seguro que traeré por aquí alguna más.
En fin, que aquí os dejo esta pequeña muestra de mi querido George, que en realidad se llama Yussef Mustacchi y es de origen griego, aunque nacido nacido en Alejandría, Egipto. Hasta eso me gustaba de él, que hubiese nacido en el norte de África, a orillas de ese mar Mediterráneo- como yo-, que es cuna y vehículo de tantas culturas y civilizaciones, aunque él tuvo más suerte todavía, porque además del agua salada tuvo la dulce del Delta del Nilo. Qué mezcla tan maravillosa, el río más largo y el mar más rodeado de tierra y más lleno de historia...


Pour avoir si souvent dormi
avec ma solitude.
Je m'en suis fait presqu'une amie
une douce habitude
elle ne me quitte pas d'un pas
fidèle comme une ombre.
Elle m'a suivi ça et là
aux quatre coins du monde.

Non, je ne suis jamais seul
avec ma solitude.

Quand elle est au creux de mon lit
elle prend toute la place
et nous passons de longues nuits
tous les deux face à face.
Je ne sais vraiment pas jusqu'où
ira cette complice
faudra-t-il que j'y prenne goût
ou que je réagisse?

Non, je ne suis jamais seul
avec ma solitude.

Par elle, j'ai autant appris
que j'ai versé de larmes
si parfois je la répudie
jamais elle ne désarme
et si je préfère l'amour
d'une autre courtisane
elle sera à mon dernier jour
ma dernière compagne

Non, je ne suis jamais seul
avec ma solitude.
Non, je ne suis jamais seul
avec ma solitude.


sábado, 2 de julio de 2011

MARÍA SANGÜESA: SÓLO LA LUNA


SÓLO LA LUNA


Sólo la luna traza sendas de luz

en el silencio

destejiendo lo oscuro de los sueños

tendidos en las aguas.


Sólo la luz transgrede los misterios

que estremecen de nocturnos latidos

negras alheñas de duras hojas y alada pena.


Cormoranes de sombra con temblores de vuelos

acechan inasibles pasos que asedian

los recuerdos en cercos de nostalgia.


Sólo el silencio

cela juegos de fulgor y tinieblas…


Calla el aire palabras arrancadas al viento

que la noche va vistiendo de brisas

y las aguas de quebradas espumas

en silentes cristales.


Hoy derrama la luna

tan sólo luz y silencio en el agua …

Y tus ojos de luna,

en sus aguas, sólo luz y silencio derraman.