viernes, 26 de julio de 2013

CONCIERTO DE LA CALLE DE JAVIER Y MARÍA SANGÜESA


Mañana volvemos a Cuenca, esta vez estaremos en Cañete, invitados por la Corporación Municipal, para recitar y cantar nuestro espectáculo  Rockesía. A las ocho de la tarde, en la Plaza del Ayuntamiento.
Nos encantaría que, quienes estén cerca, nos acompañasen en este concierto que une rock y poesía.

jueves, 18 de julio de 2013

EL MUDO DEL ZOCO, POR JESÚS SANGÜESA


Aquí dejo otro de los poemas rescatados del cuaderno de mi padre, Jesús Sangüesa. Está tal como él lo escribió,  hace casi sesenta años, en Marruecos.

EL MUDO DEL ZOCO

Sentado sobre el muro de la puerta,
oculto en el tejido de la chilaba sucia,
con un tarbuch mugriento que le oculta las cejas,
siempre veréis al mudo del Zoco de Telata.

Su boca, como una fuente muerta,
no tiene voz, ni dientes, ni palabras.
Y si en el roto plato resuena una moneda,
que en el aire ya vieron sus inquietas pupilas,
su frente agradecida, se adelanta en un gesto...
con una reverencia besa la yerma tierra.

En un continuo ritmo balancea su cuerpo,
y sus mirada escruta a todos los que llegan,
mientras las secas manos, en doliente ademán,
suplican con sus ojos, al paso de la gente.

Hora tras hora, reclinado en el muro,
su triste humanidad llora y suplica.
Ni la lluvia, ni el sol, ni la ventisca,
impedirán que al zoco vaya el mudo.

Algún día la muerte le llevará hacia Alá.
Allí, junto a Él, espera alcanzar la dicha
que hoy los hombres le niegan…
Y sólo habrá sonrisas en su boca reseca.

No sé como ayudarte, mudo del Zoco de Telata,
te dejo unas monedas, me llevo tu recuerdo
mordedura del alma que  en estos versos sangra.

Jesús Sangüesa, Einzoren, Marruecos, 1954.





lunes, 8 de julio de 2013

COORDENADAS



COORDENADAS

Se yergue un semidiós en tu pupila
cuando empuñas la brújula del sueño;
(Martha de Arévalo)

Parece que se esfuma el sol
—con tremolar de adolescentes sismos—
allá donde palpita un punto intercostal
que anuda desbocados vuelos
de diminutas alas
que ascienden desde el pecho…

El Sur y el Norte se confunden,
Este y Oeste son lo mismo,
los cuatro puntos cardinales bailan
sobre este punto intercostal que late
fuera de toda coordenada.

Desorientada brújula es el cuerpo,
al gravitar la piel hacia unos ojos
que imantan las pupilas.

Y allí perder las viejas latitudes
que indican lo seguro,
lo bueno y conveniente,
lo educado, lo que enseñan los libros
y las abuelas nos legaron…

Para encontrar un plano del tesoro
—creo que sin piratas y sin islas—
donde el valioso cofre esconde
las locas coordenadas de dos locos
que persiguen a tientas —y sin tiempo—

el mágico grial de sus dos almas. 

miércoles, 3 de julio de 2013

ENTELEQUIA



Os agradezco mucho todos los comentarios que habéis ido dejando en mis últimos poemas. Todos ellos,  como indica Catherine, llevan la imagen de un animal precediendo los versos, y pertenecen a mi nuevo libro de poemas. Libro que entregaré a mis editores antes de que acabe este mes.
En él cuento una historia de amor que se inicia con un beso. El primer poema del libro se llama Un día cualquiera, y también lo publiqué aquí.
La intención de mi nueva criatura literaria, pese a lo que os haya podido parecer con la muestra que os he ido dando, es que el lector cierre la última página con una sonrisa. Digamos que se trata de un poemario para tiempos de crisis. Una historia de encuentros y desencuentros que discurre entre sentimientos universales, planteada con un léxico coloquial y cercano. Muy diferente a todo lo que he escrito anteriormente. En el prólogo, Ana Montojo, mi admirada poeta y querida amiga, analiza la obra de forma contundente y exacta. Siento un inmenso agradecimiento por la generosidad de sus palabras.
Planteé el libro como una breve novela en verso, tiene un inicio, un nudo y un desenlace. Por supuesto que hay vivencias personales, pero también imaginadas y tomadas, en préstamo, de las confidencias  que me hicieron algunas amigas. El caso es que lo comencé a escribir en junio de 2012 y lo cerré en enero de 2013.  Con la sensación de que el amor es una entelequia que fabricamos a la medida de nuestros deseos, o de nuestros sueños, ya que esta palabra es sinónimo tanto de sueño como de quimera, utopía, lirismo... es decir, no tiene consistencia real. No existe, pero se puede sentir. Y pensar. 
Esta entelequia_ producto de nuestra mente_ ha hecho que los poetas llenemos páginas y páginas. El amor suele conducir al desamor... ¿Puede finalizar lo que no existe? Dejo ahí la pregunta.
Y ahora, para desearos una hermosa semana, traigo aquí una de esas canciones que siempre me hicieron soñar, quizá llorar, al referirse a ese algo tan escurridizo y misterioso, a ese algo que deseamos alcanzar y que nunca  llegamos a vivir- o a tener- del todo, puesto que la vida real, con su día a día, nos impone la crudeza de una interrogación que se abre, cada amanecer, de manera continua: 
¿Es posible que se pueda vivir una entelequia?

PABLO MILANÉS NOS CANTA: EL AMOR DE MI VIDA



Te negaré tres veces, 
antes de que llegue el alba,
me fundiré en la noche donde me aguarda la nada,
me perderé en la angustia de buscarme y no encontrarme,
te encontraré en la luz que se me esconde tras el alma.

Desandaré caminos
sin salidas como muros.
Recorreré los cuerpos.
desolados sin futuro
Destruiré los mitos,
que he formado uno a uno.
Pensaré en tu amor,
este amor nuestro vivo y puro
Te veo sonreír,
sin lamentarte de una herida. 

Cuando me vi partir pensé que no tendrías vida
qué gloria te tocó,
qué ángel te amó,
que has renacido...
...qué milagro se dio cando el amor volvió a tu nido

Qué puedo hacer,
quiero saber,
qué me atormenta en mi interior

Si es el dolor,
que empieza a ser miedo a perder lo que se amó.

Te veo sonreír,
sin lamentarte de una herida
cuando me vi partir pensé que no tendrías vida

Qué gloria te tocó,
qué ángel te amó,
que has renacido...
...qué milagro se dio cuando el amor volvió a tu nido
Qué puedo hacer
quiero saber
qué me atormenta en mi interior.

Si es el dolor que empieza a ser miedo a perder lo que se amó

Será que eres 
el amor de mi vida

lunes, 1 de julio de 2013

MARRULLEOS





MARRULLEOS
El gato negro ensaya por séptima vez
el salto al vacío.
(Amalia Iglesias)

Marrullas, hombre gato, en busca de cobijo,
reposo de maullidos, ronroneos,
proclives a caricias de lomos arqueados.

Dulces huellas ocultan
en blandas almohadillas
las zarpas afiladas…

Tu voz encubre un celo de tejados
y de golfos gemidos.
Ya has apurado cuatro o cinco vidas
de las siete felinas que te atañen.

Y dejas en mi halda dos o tres,
para que elija la mejor de todas
a ver si la engarzamos con la mía.

Olvidas, hombre gato, mi cánida existencia:
soy fiera pero fiel.
No entiendo de traiciones
y me has hecho sufrir como a una perra.