miércoles, 17 de diciembre de 2008

¡OJO CON LA LIMPIEZA!, ADRIÁN LUCIAGUE

Obra de Tenda Teo y Keiko Koyama.

Adrián Luciague es un gran fotógrafo argentino. Os recomiendo que visitéis su maravillosa Web: CALLE 40. Allí encontraréis unos magníficos reportajes gráficos sobre temáticas muy diversas. A mí me han encantado el de Lisboa y el de Venecia, aunque es muy difícil escoger porque todos son extraordinarios. En su página lo primero que nos encontramos es la frase: "La honestidad y la belleza no deberían tener fecha de caducidad". Estas palabras nos comienzan a dar la clave de quién es Adrián.
Lo que yo no sabía es que escribiese tan bien, su sentido del humor es desternillante, cuando leí este cuento me desbordó la risa, así que aquí lo tenéis para que podáis disfrutarlo.

¡Ojo con la limpieza!

El otro domingo salté de la cama dispuesto a romper con la aciaga rutina de todos los fines de semana realizando una actividad inusual, realmente diferente, tenía que ser algo que no hubiera hecho nunca antes... decidí limpiar el microondas, tarea que, ni yo ni nadie en esta casa había ni siquiera intelectualizado desde aquel señalado día en que el susodicho electrodoméstico hiciera su entrada triunfal en nuestro hogar.Se compró con la ilusa creencia de que la nueva incorporación sería la solución a la tediosa faena de tener que cocinar todos los días, cosa que no fue así desgraciadamente,pero es que nosotros los que venimos de otras latitudes no tan evolucionadas como estas, veíamos ilusionados en la tele como una señora con cara de ama de casa feliz, cosa que tampoco se ve mucho por aquellos lugares, cogía por las patas a un pollo aun cacareando y con todas sus plumas revueltas en un espasmódico intento por huir y acto seguido salía del microondas listo y humeante, para que los tres trogloditas que esperaban sentados a la mesa cubiertos en mano y con rostro de gozo orgásmico, se zambulleran sobre él, haciendo las delicias de la citada señora que miraba con gesto de tener solucionada su vida.
Así que decidimos sin mas dilación intentarlo tambien nosotros...
Al principio nos pareció normal que así fuera, luego nos resultó un poco fuera de lo común y pensamos en algún fallo de fabricación, pero un instante antes de que los bomberos y la policía llamaran a nuestra puerta, creímos reconocer en los sonidos que provenían del horno, una lejana semejanza a chillido desgarrado y en el humo negro que salía , un cierto aroma a pluma quemada mezclado con olor a huevo frito.Definitivamente nos habíamos saltado algún paso.
Tres días después, el forense determinó finalmente que los restos hallados en nuestro microondas pertenecían a algún tipo de ave y nos dejaron en libertad, no sin antes tener que pagar una abultada multa (es el día de hoy que nos preguntamos el porque) a la Asociación Protectora de Animales.
Pasados los años ya aprendimos que el cierre de la puerta es tan preciso para poder cortar la cabeza del pollo sin que patalee mucho, ya que corta y cauteriza al mismo tiempo,lo cual facilita enormemente la limpieza de la sangre que esta operación solía esparcir por toda la cocina; el incinerador de plumas, tan finamente llamado "grill" es también extremadamente útil, claro que ahora tomamos la precaución de avisar al policía que vigila nuestra puerta día y noche (tampoco sabemos muy bien el porque) de nuestro menú del día, parece ser que el hombre sufre de los nervios o algo así, porque cuando se acerca la hora de comer comienza a temblar y a decir incongruencias, y hasta una vez que cocinamos avestruz se le escapó un tiro que le dejó solo la mitad del dedo gordo de su pie derecho. Pobre.
Dado que la última vez que quisimos usarlo, nos costo mas de 45 minutos encontrarlo, decidí limpiarlo.
Comencé por una ligera inspección visual del trabajo que me aguardaba...cuando desperté del desvanecimiento me preocupé por hacerme con los útiles adecuados para la tarea: mascara antigas , 3 pares de guantes de pvc en cada mano, vacuna antitetánica,peto de chapa galvanizada del disfraz de Don Quijote (usado en realidad como protección de asentaderas en la ultima fiesta de carnaval en el barrio de Chueca), un sombrerito de cumpleaños de cartón pintado simulando las orejas del ratón Mickey (como protección no es muy efectivo, pero desconcierta al enemigo),y por ultimo un preservativo de neopreno (uno nunca sabe cuales son las ultimas mutaciones de los bichos, ni por donde atacarán).
De esta guisa y tomando el coraje necesario volví a aproximarme al microondas, y si bien me sorprendió que se hubiera desplazado por sus propios medios un par de metros a la derecha y "respirara" agitadamente, como previendo algún acción en su contra, me abalancé sobre él y luego de una breve pero encarnizada lucha logré someterlo.
Ahora me encuentro en un dilema, pues con la materia orgánica acumulada en las paredes y el techo se puede reconstruir el genoma humano, lo que me lleva a una disquisición entre higiénica y ética, ¿que hago?, ¿limpio el microondas o clono una salchicha?.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola María , te dejo un link con una invitación para participar en FOROERASE
SALUDOS
FOROERASE

Maria Sangüesa dijo...

Gracias, Mimo, enlazo con vosotros, me parece una idea genial. Saludos y felices fiestas.