jueves, 11 de junio de 2009

DULCE MARÍA LOYNAZ: LA NOVIA DE LÁZARO

Giotto di Bondone

LA NOVIA DE LÁZARO (FRAGMENTO DEL POEMA EN PROSA).
-I-

Vienes por fin a mí, tal como eras, con tu emoción antigua y tu rosa intacta, Lázaro rezagado, ajeno al fuego de la espera, olvidado de desintegrarse, mientras se hacía polvo, ceniza, lo demás.

Vuelves a mí, entero y sin jadeos, con tu gran sueño inmune al frío de la tumba, cuando ya Martha y María, cansadas de esperar milagros y deshojar crepúsculos, bajan en silencio lentamente la cuesta de todas las Bethanias.

Vienes; sin contar con más esperanza que tu propia esperanza ni más milagro que tu propio milagro. Impaciente y seguro de encontrarme uncida todavía al último beso.

Vienes todo de flor y luna nueva presto a envolverme en tus mareas contenidas, en tus nubes revueltas, en tus fragancias turbadoras que voy reconociendo una por una...

Vienes siempre tú mismo, a salvo del tiempo y la distancia, a salvo del silencio: y me traes como regalo de bodas, el ya paladeado secreto de la muerte.

Pero he aquí que como novia que vuelvo a ser, no sé si alegrarme o llorar por tu regreso, por el don sobrecogedor que me haces y hasta por la felicidad que se me vuelca de golpe. No sé si es tarde o pronto para ser feliz. De veras no sé; no recuerdo ya el color de tus ojos.

5 comentarios:

Amando Carabias dijo...

¿Cómo será regresar del más allá?
¿Qué relativa importancia tomarán las cotidianidades del más acá?
Y la duda de los que se quedaron en duelo y, de pronto, recobran...
Muchas veces me lo he preguntado ante este texto bíblico, pero nunca, nunca se me ocurrió que Lázaro tuviera alguien tan pendiente de sus latidos.
Hermosísimo texto.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, María...

Misterioso regreso, como si alguien volviera del más allá, para intentar nuevamente ser feliz.

Un abrazo.

Maria Sangüesa dijo...

Es la magia de Dulce María Loynaz, Amando, su exquisita sensibilidad humanizaba y revestía de una mezcla de ensoñación y realidad a personajes como Lázaro. Sus textos me fascinan por la honda belleza que se desprende de ellos. Un beso.

Maria Sangüesa dijo...

Hola, Rafael, sería maravilloso que pudiera regresar de la muerte aquel a quien amamos y perdimos. Ahora bien,¿sería el mismo? Y después de la vida transcurrida, ¿sentiríamos lo mismo? Un beso.

YAMIL PÉREZ dijo...

Este poema es más largo, es una pena no lo publique íntegro. Es Dulce María una de las voces más auténticas de mi tierra, dueña de una sutileza única, conmovedora diría yo. Heredera de una estirpe de artistas y patriótas (divina mezcla). Solo un alma muy sensible se le ocurriría interpretar este pasaje bíblico de una forma tan bella y lograr dejarnos con tantas dudas y tantas certezas.