COORDENADAS
Se yergue un semidiós en tu pupila
cuando empuñas la brújula del sueño;
cuando empuñas la brújula del sueño;
(Martha
de Arévalo)
Parece que se esfuma el sol
—con tremolar de adolescentes
sismos—
allá donde palpita un punto
intercostal
que anuda desbocados vuelos
de diminutas alas
que ascienden desde el pecho…
El Sur y el Norte se
confunden,
Este y Oeste son lo mismo,
los cuatro puntos cardinales
bailan
sobre este punto intercostal
que late
fuera de toda coordenada.
Desorientada brújula es el
cuerpo,
al gravitar la piel hacia
unos ojos
que imantan las pupilas.
Y allí perder las viejas
latitudes
que indican lo seguro,
lo bueno y conveniente,
lo educado, lo que enseñan
los libros
y las abuelas nos legaron…
Para encontrar un plano del
tesoro
—creo que sin piratas y sin
islas—
donde el valioso cofre
esconde
las locas coordenadas de dos
locos
que persiguen a tientas —y
sin tiempo—
el mágico grial de sus dos
almas.
2 comentarios:
Me gusta mucho ese toque desenfadado.
Amor, magia, locura...
Besos. Y mucho éxito
Buscarse. Esto es lo más importante. Tratar de conseguir el tesoro de ahondarse en las pupilas hasta que la imagen se haga indeleble y quede para siempre. El sol ayudará porque su luz se apagará lentamente y no velará ese mirarse, ese tenerse. Me parece un poema tan delicado que si uno solo de sus versos es dañado caerá todo como un castillo de naipes.
Un fuerte abrazo, querida María.
P.D.: He vuelto a tener un conato de "malpractica" informática. Me dirijo a tu anterior publicación para remediarlo.
Publicar un comentario