lunes, 1 de marzo de 2010

GABRIELA MISTRAL: EL ÁNGEL GUARDIÁN



Esta estampa del Ángel de la Guarda, estaba colgada sobre mi camita de niña, en Marruecos, en la casa de mi abuela. Entonces se celebraba la fiesta del Ángel Custodio el 1 de Marzo y, todavía, lo recuerdo. Yo creía firmemente en su compañía, tanto como en la presencia de los Reyes Magos, que contestaban a mi carta y me traían aquellas cosas en las que soñaba, para cerrar las fiestas navideñas. La fiesta del Ángel, era el preludio de la primavera, la promesa del buen tiempo y las excursiones al Bosque de los Pinos, y a la Playa del Quemado. Nunca me sentía sola, sabía que me acompañaba y que, aunque no pudiese verme, me escuchaba y cuidaba de mí. Era un amigo invisible con el que conversaba y que me hacía ser valiente, nunca sentía miedo porque estaba convencida de que él impediría cualquier peligro que pudiese acecharme.
Hoy daría cualquier cosa por recuperar aquella fe infantil, aquella magia que me hacía sentir invulnerable al mal y al desaliento, aquella compañía invisible con la que podía hablar de cualquier cuestión que me inquietara o que, sencillamente, me apeteciera comunicar a alguien. Hoy, de verdad, me gustaría poder creer en los milagros...
No me gusta mucho que digamos la poesía de Gabriela Mistral, he estado dudando entre su poema al Ángel de la Guarda, o el de Benedetti, que me gusta mucho más. Pero me he quedado con éste porque refleja esa fe infantil que sentí un día, esa fe que se te escapa cuando la vida te golpea y te das cuenta de que la ayuda tiene que partir de ti, de dentro de ti. Aunque quizá su ayuda sea ésa, no dejar que te agostes por dentro y que siempre consigas mantener tu coraje.

EL ANGEL GUARDIÁN

Es verdad, no es un cuento;
hay un Angel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.
Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.
(No es un cuento, es verdad.)

El tiene cuerpo, manos y pies de alas
y las seis alas vuelan o resbalan,
las seis te llevan de su aire batido
y lo mismo te llevan de dormido.
Hace más dulce la pulpa madura
que entre tus labios golosos estruja;
rompe a la nuez su taimada envoltura
y es quien te libra de gnomos y brujas.
Es quien te ayuda a que cortes las rosas,
que están sentadas en trampas de espinas,
el que te pasa las aguas mañosas
y el que te sube las cuestas más pinas.

9 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Hermosa fiesta, que en esta zona nunca se ha celebrado que yo sepa.
Pregunto, porque lo desconozco, si se celebra más en zonas próximas a la religión musulmana, donde los ángeles tienen importancia?

Maria Sangüesa dijo...

No, Amando, era una celebración familiar que se hacía en Marruecos porque vivíamos allí, pero se hubiese hecho igual si hubiésemos estado en Navarra. Al igual que el primer día de primavera, mi abuelo me recogía del colegio y me llevaba a merendar al Bosque de los Pinos, para ver los brotes nuevos de los árboles y arbustos, que no eran precisamente pinos, y que ya verdeaban por aquellas fechas. Son recuerdos de una familia a la que le bastaba cualquier pretexto para celebrar algo, quizá se celebrase, sencillamente, el hecho de estar vivos. Y a mi me gustaban todos aquellos ritos que tanto alimentaban mi imaginación, por no hablar de las copiosas y divertidas meriendas. Un abrazo.

Amando Carabias dijo...

Pues se trata de una hermosísima tradición familiar. No me extraña que la conserves en el corazón.

Isolda Wagner dijo...

Entonces celebremos todos esa fiesta. Me ha encantado tu reflexión y envidio que creyeras en el ángel de la guarda. Fuiste afortunada al no sentirte sola con tu amigo invisible.
Y sin embargo, aprovecho para decirte como tú, que firmo cada uno de los pasajes de ese regalito que nos has enviado.
Ya ves de la niñez a la madurez, un vuelo María.
Así que de nuevo celebremos esta fiesta, que al árbol de la cocina, hoy le han salido dos brotes.
Besos para la mujer valiente.

Anónimo dijo...

Muy bonito y sobre todo muy entrañable. Me gusta lo que dices de celebrar simplemente el hecho de estar vivo. y es que le damos muy poca importancia, y vaya si la tiene.

Siempre el placer de "charlar" contigo.
Un mar de besos.

María Socorro Luis dijo...

El anónimo soy yo.Uno de mis despistes...

Soco

Maria Sangüesa dijo...

Así es, Amando, los recuerdos de una infancia feliz en la que te has sentido querido y en la que te han enseñado a apreciar y disfrutar de las cosas sencillas de la vida, son un bagaje que siempre llevas contigo. Y que te salva de todo lo demás. Un beso.

Maria Sangüesa dijo...

Bueno, querida Isolda, todavía es tiempo de compartir ángeles de la guarda, ahora sabemos que mientras tengamos verdaderos amigos y seamos capaces de mantener la fe en la amistad, nunca estaremos solos. Un vuelo muy rápido, casi un soplo... Ya sabía que firmaríais también, tengo que leer algo más de ese autor, me ha encantado. Besos llenos de primavera.

Maria Sangüesa dijo...

Hola, Soco, ya te comenzaba a echar de menos, me encanta verte por aquí. El hecho de estar vivos, aunque sea en un mundo tan revuelto como éste, es siempre motivo de celebración, al menos para quienes tenemos la buena fortuna de sentir la vida con intensidad, desde dentro, y hemos tenido a nuestro alcance las herramientas necesarias para avanzar en este camino de aprendizaje, sin olvidar a quienes no han sido tan afortunados. Te mando muchos besos, inevitablemente impregnados por la añoranza del mar.